Tras la caída del muro de Berlín, a finales de 1989, Zven Kruspe, un joven músico (que eventualmente adoptaría el “Richard” como nombre autoimpuesto) regresa del exilio, tras haber huido del autoritarismo de la República Democrática Alemana y se instala en Schwerin, con la intención de crear un grupo que combinara su amor por el rock norteamericano con un sonido netamente Alemán. A su alrededor, comienzan a orbitar una extraña colección de colegas de diversas bandas de la escena local (como Orgasm Death Gimmick, The Inchtabokatables, Die Firma, Feeling B, First Arsch y Magdalene Keibel Combo), con los que comparte ocasionalmente vivienda y escenario, entre ellos Oliver Riedel y Christoph Schneider. Este trío comienza a hacer sus pininos y a armar versiones tempranas de algunas canciones, cuando Kruspe le pide a un amigo suyo que se una a la banda como vocalista: un tejedor de cestas, baterista ocasional y ex-nadador escolar, hijo de un poeta y una escritora, tan tímido que tuvo que beberse una botella completa de alcohol antes de atreverse a cantar. Su nombre: Till Lindemann. Este nuevo cuarteto, bajo el nombre “Tempelplayers” envía un demo al concurso Berlin Senate Metro Beat y ganan el primer premio, una semana en un estudio profesional de grabación, además de ganar el interés de otro músico local, Paul Landers, quien pronto se une a la naciente banda. La última pieza del rompecabezas sería Christian “Flake” Lorenz, quien con un poco de reticencia se les une tras poner como condición que la banda cantara en Alemán y no en inglés. Es aquí cuando nace Rammstein, con la alineación que hasta la fecha, casi 3 décadas después, se mantiene intacta: Till Lindemann en la voz, Richard Z. Kruspe y Paul Landers en las guitarras, Oliver Riedel en el bajo, Christoph Schneider en la batería y Christian Lorenz en los teclados. 

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Aunque hay varias versiones del origen del nombre de la banda, una de las más generalizadas es que durante su paso por Feeling B, Schneider, Landers y Flake querían tener una banda llamada  “Rammstein-Flugschau”, como el célebre show aéreo de 1988 que terminó en tragedia. Otra versión indica que la gente los llamaba “La banda con la canción de Ramstein”, en alusión a la versión temprana de su ahora famosa canción. De “la banda con la canción de Ramstein” pasaron a ser “la banda Ramstein” y finalmente sólo “Rammstein”. Cualquiera que sea el caso, alguien accidentalmente lo escribió con dos M, y se quedó así. Un feliz error con doble significado, ya que al escribirlo con dos M, Rammstein se traduce vagamente como “Ariete de Piedra”. Su primer concierto con este nombre tiene lugar el 24 de marzo de 1994., abriendo para la banda del hermano de Flake.

El flamante sexteto, ahora bajo contrato con Motor Music, graba en 1995 su primer disco, ‘Herzeleid’, bajo la producción de Jacob Hellner. Con este trabajo bajo el brazo y los singles “Du riechst so gut” y “Seemann“, comienzan a tocar por toda Alemania, ocasionalmente compartiendo escenario con Clawfinger.

Pero es gracias a Trent Reznor, la leyenda de la música alternativa, que su popularidad comienza a crecer por el viejo continente, ya que este incluye  “Heirate mich” y “Rammstein” en el soundtrack del filme “Lost Highway” de David Lynch, de 1997.

Tras la grabación de su segundo esfuerzo discográfico, “Sehnsucht”, también producido por Hellner, y el éxito de los sencillos “Engel” y “Du Hast”, la banda comienza a disfrutar las mieles de la fama, embarcándose en su primera gira por los Estados Unidos, grabando el cover “Stripped” para una compilación tributo a Depeche Mode, visitando México por primera ocasión para abrirle a KISS, ídolos tempranos de Kruspe (aunque los asistentes a ese show dirán después que más bien, “KISS le cerró a Rammstein”) y sobre todo, tocando los shows más grandes de su incipiente carrera en el Wuhlheide de Berlin, para una audiencia cercana a las 17,000 almas. Estos shows quedarían registrados para la posteridad en el DVD en vivo “Live Aus Berlin”.  Pero a la par del éxito, también comienzan a probar las consecuencias de la controversia, ya que durante un show del tour Family Values en estados unidos, Flake y Till son arrestados por faltas a la moral tras simular un coito con un pene de plástico en la canción “Buck Dich”. 

El final de la década, del siglo y del milenio ven nacer “Mutter”, su tercera placa discográfica y el que muchos consideran su mejor disco, una imponente colección de icónicos temas (“Mein Herz brennt”, “Links 2 3 4”, “Sonne”,  “Ich will” y “Adios”, entre otros), con un sonido más maduro y redondo, que comienza a alejarse de las influencias electrónicas/industriales de sus primeros dos trabajos.

Acompañan el nuevo disco con una nueva gira que los ve visitar Europa, Estados Unidos y México, y en 2002, el video  del tema “Feuer Frei!”, filmado durante su participación en la película de acción “XXX” y editado por el director de la misma, Rob Cohen, los acerca aún más a las audiencias mainstream. Aunque en su natal Alemania ya son gigantes, es aquí cuando Rammstein comienza a pisar fuerte en el imaginario metalero internacional y mundial.

En 2003 Rammstein entra al estudio para grabar su siguiente disco, “Reise Reise”, y lo lanzan al año siguiente. Más experimental, con un sonido más crudo y no tan pulido como el de “Mutter”, Reise Reise es una colección extrañamente disonante y a la vez cohesiva de tracks que incluye baladas de amor y desamor (“Ohne Dich”, “Amour”), cánticos anti-imperialistas y anti Estados Unidos (“Amerika”), piezas que coquetean con lo acústico (“Los”) y la infaltable dosis de controversia, esta vez cortesía de “Mein Teil”, un tema escrito en primera persona  que retrata el caso de Armin Meiwes, el canibal de Rotemburgo. Es con varios de los temas de esta placa y su gira correspondiente que graban su segundo disco en vivo, “Völkerball” (principalmente con un show en Nîmes, Francia y extractos de Tokio, Londres y Moscú).

Tan solo un año después, sale al mercado lo que originalmente se llamaría “Reise Reise volumen 2” (ya que incluye 6 temas de las sesiones de dicho disco) pero terminó llamándose “Rosenrot”, su sexto trabajo, el cual extrañamente no decidieron promocionar directamente ni acompañar de una gira, aún cuando sí se lanzaron varios sencillos y se rodaron los correspondientes videoclips. Esta es para algunos una de las colecciones menos coherentes de canciones de la banda; para otros, es una joya incomprendida. Muchos de sus temas menos mainstream pero más apreciados por los fans se encuentran aquí, como “Spring”, “Wo bist du?”, “Feuer und Wasser” y por supuesto, el track más celebrado por las audiencias hispano-parlantes, “Te quiero puta”. 

Casi 4 años después, regresan en 2009 por la puerta grande con “Liebe ist für alle da”, uno de los mejores discos de su carrera; Imponente, controversial, grandilocuente, una placa casi perfecta con un sonido impecable, una base rítmica poderosa (especialmente la batería de Schneider), riffs memorables de guitarra, y temas que coquetean con lo comercialmente masivo sin perder la esencia de la banda. De este trabajo se desprenden himnos como “Rammlied”; “Ich tu dir weh”, una oda sadomasoquista tan controversial que obligó a que se lanzara en Alemania una versión censurada del disco excluyéndola, la poderosísima  “Waidmanns Heil” y “Pussy”, canción acompañada de un video pornográfico estelarizado por la banda, entre otras. 

Este disco fue el pretexto para lanzarse a una gira mundial que los vio regresar a México tras 9 años de ausencia y tocar su primer show en estados unidos en una década, inmortalizado en su disco-dvd en vivo “In Amerika”.

Tras finalizar la gira LIFAD en 2011, tendran que pasar ocho años más para que tuviéramos nuevo material discográfico del sexteto Teutón. En este inter, realizaron una serie de extraños movimientos, algunos de ellos sin duda motivados más por lo monetario que lo artístico: Lanzaron un compilado doble de grandes éxitos y remixes (“Made In Germany”, 2011), acompañado de una gira (inmortalizada en el DVD en vivo “Rammstein: Paris); otro compilado pero ahora de sus videoclips (“Videos 1995–2012”); Un single y un par de videoclips para “Mein Herz Brennt” (12 años después del lanzamiento del disco que la incluye, pero más vale tarde que nunca); y un par de shows para despedir el 2018 y recibir el 2019 en Puerto Vallarta, Mexico. También en este inter de 8 años, Kruspe aprovecha para  trabajar en el segundo y tercer lanzamientos de su proyecto alterno “Emigrate”, y Till Lindemann hace lo propio, uniéndose al multi-instrumentista sueco Peter Tägtgren en el proyecto “Lindemann” y lanzando un exitoso disco con temas en inglés, además de darle rienda suelta a su faceta como poeta.  

Finalmente, en 2019, Rammstein lanza su séptimo álbum, un disco sin título que las plataformas digitales bautizan con el nombre de la banda. Este es el primer trabajo en no ser producido por Jacob Hellner y el encargado de las consolas en esta ocasión es Olsen Involtini, guitarrista de Emigrate. Este nuevo esfuerzo, a pesar de ser un éxito comercial,  divide a algunos sectores de fans; algunos lo ven como una ruptura total con el estilo que los había caracterizado; otros celebraron el cambio de dirección y agradecieron los riesgos creativos que sin duda permean varias de las canciones, como “Ausländer”, un extrañamente atractivo tema con tintes eurodance; “Diamant”, una balada cuasi-acústica, “Was ich liebe”, un tema hipnótico y envolvente con reminiscencias de Nine Inch Nails o “Weit Weg”, donde las atmósferas electrónicas son el principal condimento. Este disco también incluye temas que en muy poco tiempo se convirtieron en titanes del catálogo de la banda, como “Radio”, una oda a la censura radiofónica en la vieja alemania de post-guerra, “Zeig dich”, una mordaz crítica a la hipocresía de la iglesia, y muy especialmente “Deustchland”, una poderosa celebración de la dicotomía del ser Alemán, del debatirse entre el orgullo y la condena, entre el amor y el odio. Este disco también marca otro hito en la carrera de la banda, al ser acompañado por su primer tour pensado para grandes estadios, llamado con toda creatividad “Stadium tour”. Lamentablemente, tras la primer pierna de la imponente gira en Europa, la pandemia de Coronavirus detuvo abruptamente al mundo entero, y el Stadium tour no fue la excepción, con las fechas pospuestas un par de veces y actualmente programadas para el 2022, incluyendo México. 

Irreverentes, controversiales, odiados y admirados equitativamente, incorruptibles, testarudamente democráticos, Rammstein es una banda que ha dejado una poderosa huella en la historia de la música y que ha rebasado las fronteras de su natal Alemania (Donde son ya sin duda la banda más exitosa de la historia) para convertirse en un fenómeno mundial, un extraño caso de éxito sin comprometer su independencia y sobre todo sin comprometer su lengua, triunfando en Alemán en un medio donde los charts son dominados por música en inglés.  Una banda que provoca todo menos indiferencia y que cada vez más se aleja de las etiquetas y se resiste a las clasificaciones. Rammstein ya no es Neue Deutsche Härte, tanz metal, Industrial o metal. Para citar a Paul Landers, en uno de sus momentos más atinados, simplemente “Rammstein es Rammstein”.